Gerardo Velázquez
jueves, 1 de diciembre de 2016
miércoles, 23 de noviembre de 2016
Comentarios en torno a la gestión de proyectos culturales
Encuentro CulturaGDL
Después de revisar las conclusiones del Encuentro CulturaGDL, me queda claro que el principal objetivo de los proyectos y la metodología del desarrollo cultural en la ciudad gira en torno a la inclusión. Y, de hecho, me parece magnífico. Ya sea que esos cien líderes contemplen la reinserción de zonas olvidadas o la introducción de nuevas (como mencionan respecto de los proyectos barriales), parece que en materia geográfica no dejan a nadie fuera. El problema, imagino, es cómo lograr esa inclusión. En mi poca experiencia en la ciudad, definitivamente me he topado con barrios que a duras penas y tienen una infraestructura vial suficiente para el transporte público (olvidemos un rato la posibilidad de diversidad en las opciones de transporte), o que apenas cuentan con el espacio necesario para sostener viviendas. Por supuesto fue un plan muy noble y con verdaderas convicciones, pero he ahí un par de problemas que ni siquiera intento tocar porque no sería capaz de resolverlos si no lo hicieron cien artistas y gestores culturales.
Mencioné antes que la inclusión es la estafeta con que se presenta ese proyecto. Particularmente me dio gusto que se viera un lugar para todo el mundo: niños, adultos mayores, discapacitados, etc. No sólo es, pues, cosa de unir a la ciudad en centros culturales, o abrirlos en todo caso, sino eliminar el sesgo generacional (no me juzguen, tenía que llamarle de alguna manera). En pocas palabras, me gusta su postura de "el arte es para todos y todos pueden ejercerlo y disfrutarlo".
Algo que sí vi con cierto escepticismo, y no porque no me agrade la idea, fue la propuesta de restauración de la conexión creadores-gestores-público-gobierno. En perspectiva, se nota que estos hombres y mujeres quizás reconocieron, mínimo, dos cosas:
Programa Estatal de Cultura
Este programa me dejó casi perplejo al pensar en todo lo que se consideró para un proyecto de solamente cinco años. ¿Por dónde empezar? En general, plantean una relación íntima entre el desarrollo cultural y el desarrollo íntegro del estado; el proyecto va casi desde cero: programas de iniciación a la cultura y de orientación regional, actividades de formalización y profesionalización (aunque debo decir que no me gustó mucho que para las comunidades se tuviera como fin la rehabilitación y para las escuelas la formación profesional), pasando por el desarrollo comercial y la consolidación de un mercado de arte en Jalisco (cosa que también vi con desconfianza, pero eso es mi propia opinión), la promoción y preservación de cultura propular, y finalmente (esto sí diré que me agradó mucho), motivación a la publicación e investigación cultural. Parece, pues, que el programa considera cada aspecto.
En definitiva es agradable estar frente a un programa que conoce las limitaciones y el potencial del medio en que se mueve: si bien asegura que en todo Jalisco hay infraestructura necesaria para el desarrollo cultural, nunca niega que lo que ha faltado es el impulso; y, sobre todo, que una parte importante es la identidad cultural: no es un programa diseñado para puros creadores privilegiados en la ciudad ni mucho menos, sino el verdadero público es todo aquél que pueda valerse del arte para entretenimiento, profesión, reintegración. La clave es, creo, que si alguien puede identificarse con al menos una actividad, una parte del programa completo, ya todo se encuentra en movimiento. Y parte de ese dinamismo está en la vinculación de la capital con los demás municipios, de los municipios entre sí, de los creadores y profesionales con el gobierno y las instituciones, y a su vez, todos estos con el público; y también de gran importancia: que las actividades se vinculen entre sí.
La propuesta de turismo, preservación y sustentabilidad me parece muy acertada en la realización total del proyecto. Con los indicadores que proponen, la identificación del patrimonio (que incluye tanto todo aquello que en general se reconoce como valioso, como todo lo que pueda ser recuperado o reintegrado al patrimonio cultural) y la promoción, que con suerte asegurará su futura preservación, podría ser más sencilla en cuestión sistemática e incluso abrir puertas a posibilidades que no se habían considerado. El gran acierto de todo esto, en fin, es semejante a lo que el Encuentro CulturaGDL busca: inclusión.
Mi proyecto cultural
Pensando en mi propio proyecto, les refresco la memoria: se trata de reconectar los municipios jaliscienses con la ciudad capital y promover la cooperación artística en el estado.
Por supuesto que los pueblos son parte crucial, pero ya que sólo tuve oportunidad de visitar las instalaciones de dos edificios en Guadalajara (ojalá hubiera podido ir a alguno de los pueblos que mencioné), me dediqué a investigar un poco sobre qué tipo de infraestructura poseen y cómo se ha adaptado el espacio para actividades culturales.
(Aquí una vista parcial de la fachada. Tomada desde una pequeña plaza que también podría servir como escenario o como espacio para talleres de dibujo.)
Estas dos fotos fueron tomadas en el Exconvento del Carmen, también ubicado en el centro histórico de Guadalajara, como todos sabemos.
Me pareció indispensable en un proyecto cultural por su presencia en la escena desde (¿cuánto será?), pues desde siempre. Recientemente tuve la oportunidad de estar en unas conferencias en la capilla Elías Nandino, que es también un espacio idóneo para cualquiera de los talleres que propongo en mi proyecto.
Si bien son sólo dos opciones, la flexibilidad que esperaría de mi proyecto (al igual que los de mis compañeros) permitirá, incluso, la utilización de espacios públicos en cualquier parte de la ciudad o de las otras localidades donde se lleve a cabo el proyecto.
Después de revisar las conclusiones del Encuentro CulturaGDL, me queda claro que el principal objetivo de los proyectos y la metodología del desarrollo cultural en la ciudad gira en torno a la inclusión. Y, de hecho, me parece magnífico. Ya sea que esos cien líderes contemplen la reinserción de zonas olvidadas o la introducción de nuevas (como mencionan respecto de los proyectos barriales), parece que en materia geográfica no dejan a nadie fuera. El problema, imagino, es cómo lograr esa inclusión. En mi poca experiencia en la ciudad, definitivamente me he topado con barrios que a duras penas y tienen una infraestructura vial suficiente para el transporte público (olvidemos un rato la posibilidad de diversidad en las opciones de transporte), o que apenas cuentan con el espacio necesario para sostener viviendas. Por supuesto fue un plan muy noble y con verdaderas convicciones, pero he ahí un par de problemas que ni siquiera intento tocar porque no sería capaz de resolverlos si no lo hicieron cien artistas y gestores culturales.
Mencioné antes que la inclusión es la estafeta con que se presenta ese proyecto. Particularmente me dio gusto que se viera un lugar para todo el mundo: niños, adultos mayores, discapacitados, etc. No sólo es, pues, cosa de unir a la ciudad en centros culturales, o abrirlos en todo caso, sino eliminar el sesgo generacional (no me juzguen, tenía que llamarle de alguna manera). En pocas palabras, me gusta su postura de "el arte es para todos y todos pueden ejercerlo y disfrutarlo".
Algo que sí vi con cierto escepticismo, y no porque no me agrade la idea, fue la propuesta de restauración de la conexión creadores-gestores-público-gobierno. En perspectiva, se nota que estos hombres y mujeres quizás reconocieron, mínimo, dos cosas:
- La distancia entre lo que los creadores proponen y lo que los gestores permiten.
- La diferencia entre lo que el gobierno promueve y lo que el público quiere y hace.
Programa Estatal de Cultura
Este programa me dejó casi perplejo al pensar en todo lo que se consideró para un proyecto de solamente cinco años. ¿Por dónde empezar? En general, plantean una relación íntima entre el desarrollo cultural y el desarrollo íntegro del estado; el proyecto va casi desde cero: programas de iniciación a la cultura y de orientación regional, actividades de formalización y profesionalización (aunque debo decir que no me gustó mucho que para las comunidades se tuviera como fin la rehabilitación y para las escuelas la formación profesional), pasando por el desarrollo comercial y la consolidación de un mercado de arte en Jalisco (cosa que también vi con desconfianza, pero eso es mi propia opinión), la promoción y preservación de cultura propular, y finalmente (esto sí diré que me agradó mucho), motivación a la publicación e investigación cultural. Parece, pues, que el programa considera cada aspecto.
En definitiva es agradable estar frente a un programa que conoce las limitaciones y el potencial del medio en que se mueve: si bien asegura que en todo Jalisco hay infraestructura necesaria para el desarrollo cultural, nunca niega que lo que ha faltado es el impulso; y, sobre todo, que una parte importante es la identidad cultural: no es un programa diseñado para puros creadores privilegiados en la ciudad ni mucho menos, sino el verdadero público es todo aquél que pueda valerse del arte para entretenimiento, profesión, reintegración. La clave es, creo, que si alguien puede identificarse con al menos una actividad, una parte del programa completo, ya todo se encuentra en movimiento. Y parte de ese dinamismo está en la vinculación de la capital con los demás municipios, de los municipios entre sí, de los creadores y profesionales con el gobierno y las instituciones, y a su vez, todos estos con el público; y también de gran importancia: que las actividades se vinculen entre sí.
La propuesta de turismo, preservación y sustentabilidad me parece muy acertada en la realización total del proyecto. Con los indicadores que proponen, la identificación del patrimonio (que incluye tanto todo aquello que en general se reconoce como valioso, como todo lo que pueda ser recuperado o reintegrado al patrimonio cultural) y la promoción, que con suerte asegurará su futura preservación, podría ser más sencilla en cuestión sistemática e incluso abrir puertas a posibilidades que no se habían considerado. El gran acierto de todo esto, en fin, es semejante a lo que el Encuentro CulturaGDL busca: inclusión.
Mi proyecto cultural
Pensando en mi propio proyecto, les refresco la memoria: se trata de reconectar los municipios jaliscienses con la ciudad capital y promover la cooperación artística en el estado.
Por supuesto que los pueblos son parte crucial, pero ya que sólo tuve oportunidad de visitar las instalaciones de dos edificios en Guadalajara (ojalá hubiera podido ir a alguno de los pueblos que mencioné), me dediqué a investigar un poco sobre qué tipo de infraestructura poseen y cómo se ha adaptado el espacio para actividades culturales.
Estas primeras fotos son del edificio de la Secretaría de Cultura de Guadalajara. Es un edificio grande y viejo pero bastante bello. Según me dicen, posee más de cuarenta salones en los que se han dado conferencias, presentaciones, exhibiciones y talleres muy diversos. Claro, pensé, que sería uno de mis lugares ideales para el proyecto, debido también a su localización estratégica en la ciudad: justo en el centro y a sólo unos cuantos pasos de la Preparatoria 1 de la Universidad de Guadalajara.
(En la primera foto salgo yo al fondo. La segunda la tomé desde abajo, casi en la entrada.)(Aquí una vista parcial de la fachada. Tomada desde una pequeña plaza que también podría servir como escenario o como espacio para talleres de dibujo.)
Estas dos fotos fueron tomadas en el Exconvento del Carmen, también ubicado en el centro histórico de Guadalajara, como todos sabemos.
Me pareció indispensable en un proyecto cultural por su presencia en la escena desde (¿cuánto será?), pues desde siempre. Recientemente tuve la oportunidad de estar en unas conferencias en la capilla Elías Nandino, que es también un espacio idóneo para cualquiera de los talleres que propongo en mi proyecto.
Si bien son sólo dos opciones, la flexibilidad que esperaría de mi proyecto (al igual que los de mis compañeros) permitirá, incluso, la utilización de espacios públicos en cualquier parte de la ciudad o de las otras localidades donde se lleve a cabo el proyecto.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
Proyecto de gestión cultural: PICUAJ
Denominación
del proyecto:
El
PICUAJ (Programa de Integración Cultural y Artística de Jalisco) es una
propuesta cultural cuya realización depende de la cooperación y la integración
entre el gobierno, las instituciones académicas y el público jalisciense, con
el fin de difundir y promover la creación artística en las diversas zonas del
estado. Se busca el apoyo gubernamental para la distribución de foros y la
participación de alumnos y académicos especializados en cuatro áreas:
literatura, diseño (ilustración, dibujo, arquitectura), teatro y artes visuales
y audiovisuales (fotografía, cinematografía).
En el curso del proyecto se llevarán a cabo talleres abiertos al público. Aunque el enfoque principal es la creación, se abordarán temas como historia del arte, filosofía del arte y estética incorporando el ámbito nacional en el internacional. El producto final consta de lecturas, muestras, representaciones y exposiciones del material creado en los talleres, tanto en la ciudad o pueblo donde se realizaron como en la capital del estado.
En el curso del proyecto se llevarán a cabo talleres abiertos al público. Aunque el enfoque principal es la creación, se abordarán temas como historia del arte, filosofía del arte y estética incorporando el ámbito nacional en el internacional. El producto final consta de lecturas, muestras, representaciones y exposiciones del material creado en los talleres, tanto en la ciudad o pueblo donde se realizaron como en la capital del estado.
Responsable
del proyecto:
La
dirección del proyecto correrá a cargo de un grupo de coordinadores integrado
por alumnos de Letras, Diseño, Teatro y artes escénicas, y Artes audiovisuales.
El comité coordinador estará compuesto por dieciséis alumnos: cuatro por área;
ocho pertenecientes a centros universitarios de Guadalajara y los ocho seleccionados
de los centros universitarios de los pueblos donde se llevarán a cabo las
actividades. Los alumnos que aspiren al comité tendrán que presentar una propuesta
para las actividades del programa, y seleccionados por sus propios compañeros
universitarios mediante votaciones. El principal objetivo de esta manera de
organización es que los jóvenes dialoguen las posibles dinámicas, tomando en
cuenta sus conocimientos y experiencia –tanto del área que trabajarán como en
la zona a la que se dirigen– para lograr una experiencia flexible que pueda ser
replicable, en menor o mayor escala, a otras partes del estado.
Fundamentación
Históricamente,
las posibilidades de encuentro con la cultura y las artes han encontrado
mayores espacios en las ciudades: todo el año, en diversos foros y con una gran
variedad de enfoques. Festivales de música, muestras de teatro, conferencias de
literatura, todas encuentran espacios y amplia difusión en las grandes ciudades
del país. Guadalajara, particularmente, cuenta con uno de los focos más
brillantes de México en materia de promoción cultural. Lo que este proyecto
busca es la cooperación, vinculación y participación con otras zonas del estado
y con los proyectos municipales en marcha.
Objetivos
Los
objetivos principales son:
- Promover la cultura en zonas fuera de la capital del estado.
- Reintegrar la formación artística en la educación de los niños y los jóvenes jaliscienses.
- Facilitar a los alumnos especializados en artes y creación la culminación de sus actividades como estudiantes y proporcionarles una base para la transición de la carrera al campo laboral.
Actividades
En
el programa, como se mencionó antes, están contemplados varios talleres
enfocados a la creación:
- Talleres de literatura (poesía y cuento): se hará una revisión general de la historia de ambos géneros, pasando luego a la práctica: versificación, poetización (cómo decir lo que se quiere decir sin decirlo); personajes, historia y trama, estilo.
- Talleres de diseño: ilustración y dibujo, técnicas, conceptualización.
- Talleres de teatro: actuación, representación, montaje, escenificación.
- Talleres de artes audiovisuales: fotografía, cinematografía.
Los
talleres serán dirigidos por los coordinadores y estarán en constante diálogo e
intercambio con los demás talleres, vinculando así aun más la experiencia del
programa.
Lugar
de realización
El
proyecto está planteado para llevarse a cabo en varias zonas del estado de
Jalisco, principalmente en las cabeceras municipales. A manera de introducción,
se propone realizar los dos primeros en los municipios de Lagos de Moreno y
Ciudad Guzmán. Estas ciudades están entre las más antiguas del estado, su
fundación data del siglo XVI. En el siglo XIX fueron los centros culturales más
importantes de Jalisco y mantuvieron esa reputación hasta la mitad del siglo
XX. Cada una es sede de al menos tres festivales culturales por año, sin
embargo, su alcance se limita a lo que llega desde Guadalajara y lo que se
puede difundir en las zonas contiguas.
Lagos de Moreno y Ciudad Guzmán serían el primer paso en la reconexión de centros culturales del estado y la conclusión exitosa del proyecto abrirá puertas a otras ciudades como Tepatitlán y Puerto Vallarta, e incluso poblaciones más pequeñas como Arandas, la ribera de Chapala, Autlán de Navarro, Sayula o Colotlán.
Lagos de Moreno y Ciudad Guzmán serían el primer paso en la reconexión de centros culturales del estado y la conclusión exitosa del proyecto abrirá puertas a otras ciudades como Tepatitlán y Puerto Vallarta, e incluso poblaciones más pequeñas como Arandas, la ribera de Chapala, Autlán de Navarro, Sayula o Colotlán.
Periodo
de realización
El
proyecto se realizará de manera semestral, comenzando un mes después de los
calendarios escolares de la Secretaría de Educación Pública. La duración de los
talleres será de tres meses y se harán sesiones de tres horas todos los
sábados, culminando con las presentaciones de los productos. Se plantea de este
modo para que se lancen convocatorias durante los periodos vacacionales y haya
tiempo de recibir y votar por las propuestas por de los alumnos que deseen
participar en el comité.
Población
a la que va dirigida
El
público en general puede participar en el proyecto. Particularmente, está
dirigido a niños y jóvenes con interés en cualquiera de las actividades y
talleres propuestos. Sin embargo, los espacios de cooperación están abiertos
para quien sea que muestre interés: personas con experiencia en las áreas y que
pueda apoyar en las dinámicas; familiares; grupos escolares. Entre más variado
sea el público, mejor será la integración y los productos tendrán mayor
alcance.
Metas
Promover
la formación artística en las poblaciones y ampliar este ambiente fuera de la
zona metropolitana. De esta manera habrá mejor conexión entre las zonas del
estado, estarán en contacto y al tanto de otros proyectos que se desarrollan de
manera paralela, con miras a la interacción entre proyectos.
Además, la apertura de estos espacios fomenta asimismo un espacio de convivencia en familia y en sociedad, y, llevado a cabo correctamente y con los estímulos adecuados, puede generar una conciencia en conjunto y prevenir la segregación, la discriminación y hasta la tendencia al delito.
Además, la apertura de estos espacios fomenta asimismo un espacio de convivencia en familia y en sociedad, y, llevado a cabo correctamente y con los estímulos adecuados, puede generar una conciencia en conjunto y prevenir la segregación, la discriminación y hasta la tendencia al delito.
Vinculación
Las
instituciones principales con las que se vinculará el proyecto son las
secretarías de cultura de cada municipio, pero no podría ser posible el
proyecto sin la participación de instituciones educativas: la Universidad de
Guadalajara cumplirá un papel vital en la propuesta y selección; además, se dará
entrada a otras escuelas de cualquier nivel para participar en grupos y para
buscar la interacción en sus aulas y con otras escuelas de los municipios.
Teatros, foros, salones, museos, incluso cafés o restaurantes serán solicitados
para cumplir con los requerimientos de espacio para los talleres y
presentaciones.
lunes, 31 de octubre de 2016
Confucio o la importancia de llamarse Humanista
Hoy en el camión a mi casa venía leyendo una
introducción a la filosofía confuciana. Esa es mi anécdota. Digo esto no para
presumir sino para ejemplificar el tema de hoy: la importancia de estudiar
Humanidades, con énfasis en nuestra carrera, Letras hispánicas.
El traductor y editor de esa versión de Los cuatro libros, obra fundamental de
la filosofía de Confucio, asegura que esta doctrina ha permeado de manera única
en la cultura china a través de los siglos, y aun considerando esto, en la
actualidad puede que un gran número de personas desconozca que la mayor parte
de sus prácticas éticas y morales tienen como base las enseñanzas del maestro
Kong Fu Zi. Quiero guardar esta idea para mi conclusión.
Ahora, quizás a algunos les resulte familiar mi opinión sobre el tema a tratar. No sería casualidad si me han escuchado decirlo antes. Sufro cierto escepticismo hacia “la importancia” de las humanidades. Me siento inclinado a rechazar esos intentos objetivistas, utilitarios; a decir que no existe una importancia, pues. Pero reconozco que mi postura es variable. Ya dije en una entrada anterior que la utilidad de las humanidades puede no ser práctica, es decir, puede no recompensar de primera mano con dinero. Creo que un profesional de las humanidades reconoce que gran parte de su trabajo es abstracto: está en el pensamiento. Y creo, además, que no debe vencerse a causa de esto. Su integridad, su criterio, su intuición y su humildad consisten en saber que los cambios que pueda lograr en el mundo no invocarán revoluciones de la noche a la mañana. El producto del humanista es más bien el proceso.
Ahora, quizás a algunos les resulte familiar mi opinión sobre el tema a tratar. No sería casualidad si me han escuchado decirlo antes. Sufro cierto escepticismo hacia “la importancia” de las humanidades. Me siento inclinado a rechazar esos intentos objetivistas, utilitarios; a decir que no existe una importancia, pues. Pero reconozco que mi postura es variable. Ya dije en una entrada anterior que la utilidad de las humanidades puede no ser práctica, es decir, puede no recompensar de primera mano con dinero. Creo que un profesional de las humanidades reconoce que gran parte de su trabajo es abstracto: está en el pensamiento. Y creo, además, que no debe vencerse a causa de esto. Su integridad, su criterio, su intuición y su humildad consisten en saber que los cambios que pueda lograr en el mundo no invocarán revoluciones de la noche a la mañana. El producto del humanista es más bien el proceso.
Una parte de mí imagina un mundo sin teoría ni crítica
literaria. Probablemente carezco de experiencia, pero no recuerdo haber
conocido una sola persona común que me dijera que leer S/Z de Barthes o El canon
Occidental de Bloom le haya mejorado la vida. Y, al contrario, conozco personas
que han sufrido con Barthes y otras que han criticado la objetividad de Bloom.
Quizás el mundo no necesita críticos ni teóricos. Sin la menor intención de
autodenominarme crítico literario, en mi experiencia dando clases me he dado
cuenta de esto: yo llego al salón, abro mi libro, veo mis notas, comparto mi
experiencia; quizás aclaro alguna duda que se reitera; y en ese rato a veces
veo que toman notas, o incluso me doy cuenta de que las caras de los alumnos
reflejan desacuerdo. Si tengo suerte, recibo yo también un poco de la
experiencia de los demás. Al final, no sé cuánto realmente tomé yo de la
crítica en torno a una novela o a un poema, ni mucho menos podría citarlo. De
la misma manera, no sé cuánto los demás absorben de todo lo que he dicho, ni en
qué medida me reconozcan como autor de tales cosas. Así, lo que queda es un
lector frente a un texto. Yo desaparezco.
Creo que existe una razón por la cual se ha denominado
un canon para toda disciplina. El nuestro, el de las letras, es particularmente
extenso y longevo; y, empero, nunca ha envejecido. Un profesional de las
humanidades está en constante renovación de su canon, y esta acción debe
manifestar su espíritu abierto y curioso, dispuesto, más que a ver o
meramente presenciar, a observar y comprender realmente lo que tiene en sus
manos. Si un humanista tiene consciencia de que el conocimiento del cual es
testigo es innecesario una vez que se comprende un proceso, y que, sin embargo,
dicho conocimiento sigue vivo, este pequeño y humilde humanista habrá cumplido
su papel en la historia. Estamos destinados a desaparecer, pero no de la forma
negativa. Donde existe un libro, existe una gran cantidad de personas capaces
de aportar grandes beneficios a la comprensión de dicho libro. Igualmente, se
escribirán libros sobre ese libro y libros sobre los libros. ¿Y todo para qué?
Si se me permite, yo creo que leemos, estudiamos, explicamos, analizamos y
criticamos libros por dos grandes razones: una es el placer, sea
relacionándonos con un personaje o deleitándonos con las acciones y el estilo,
o porque entender un libro nos produzca esa sensación de victoria, incluso
cuando perdemos; la otra es que considero que el ser humano busca la mejoría.
Estas dos razones están ligadas, por supuesto. Mejorar nos hace sentir placer y
viceversa.
He tomado, quizás, mucho tiempo para ejemplificar algo
que pude haber dicho desde que mencioné a Confucio: la importancia de estudiar
humanidades, Letras hispánicas, es saberse mortal. Así como actualmente se
desconocen las enseñanzas de Confucio de primera mano, pero todavía se vive
como el maestro propuso, nosotros, los maestros de español y literatura, los
teóricos, los críticos, existimos para traer algo, para mejorar algo, si es que
tenemos suerte, y luego debemos desaparecer. ¿Por qué? Porque aquí no hay lugar
para que nos hagan altares ni estatuas. Aquí sólo cabemos si alguien recuerda
lo que dijimos, lo que hicimos. El tiempo nos reta y nuestra mejor arma es
formar algo que supere el pasado que nos formó.
Quisiera poder compartirles los intentos de grabación y demás, pero mínimo les dejo este memazo.
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