miércoles, 23 de noviembre de 2016

Comentarios en torno a la gestión de proyectos culturales

Encuentro CulturaGDL

Después de revisar las conclusiones del Encuentro CulturaGDL, me queda claro que el principal objetivo de los proyectos y la metodología del desarrollo cultural en la ciudad gira en torno a la inclusión. Y, de hecho, me parece magnífico. Ya sea que esos cien líderes contemplen la reinserción de zonas olvidadas o la introducción de nuevas (como mencionan respecto de los proyectos barriales), parece que en materia geográfica no dejan a nadie fuera. El problema, imagino, es cómo lograr esa inclusión. En mi poca experiencia en la ciudad, definitivamente me he topado con barrios que a duras penas y tienen una infraestructura vial suficiente para el transporte público (olvidemos un rato la posibilidad de diversidad en las opciones de transporte), o que apenas cuentan con el espacio necesario para sostener viviendas. Por supuesto fue un plan muy noble y con verdaderas convicciones, pero he ahí un par de problemas que ni siquiera intento tocar porque no sería capaz de resolverlos si no lo hicieron cien artistas y gestores culturales.

Mencioné antes que la inclusión es la estafeta con que se presenta ese proyecto. Particularmente me dio gusto que se viera un lugar para todo el mundo: niños, adultos mayores, discapacitados, etc. No sólo es, pues, cosa de unir a la ciudad en centros culturales, o abrirlos en todo caso, sino eliminar el sesgo generacional (no me juzguen, tenía que llamarle de alguna manera). En pocas palabras, me gusta su postura de "el arte es para todos y todos pueden ejercerlo y disfrutarlo".

Algo que sí vi con cierto escepticismo, y no porque no me agrade la idea, fue la propuesta de restauración de la conexión creadores-gestores-público-gobierno. En perspectiva, se nota que estos hombres y mujeres quizás reconocieron, mínimo, dos cosas:
  1. La distancia entre lo que los creadores proponen y lo que los gestores permiten.
  2. La diferencia entre lo que el gobierno promueve y lo que el público quiere y hace.
No obstante, tengo que decir que estas dos son moscas difíciles de aplastar. Nadie quiere lo mismo ni tampoco nadie hace lo mismo que los demás. Y el problema podría solventarse con un censo, encuestas, pero también lo veo difícil. Al final (y supongo que a todos nos habrá pasado) uno recomienda un libro y el otro decide si lo leerá o no. La tarea no es sencilla para los gestores culturales, y mucho menos para los creadores. Pero si de algo estoy seguro, y creo haberlo dejado claro, es que el primer paso, paso bien dado en este proyecto CulturaGDL, es la política de inclusión.

Programa Estatal de Cultura

Este programa me dejó casi perplejo al pensar en todo lo que se consideró para un proyecto de solamente cinco años. ¿Por dónde empezar? En general, plantean una relación íntima entre el desarrollo cultural y el desarrollo íntegro del estado; el proyecto va casi desde cero: programas de iniciación a la cultura y de orientación regional, actividades de formalización y profesionalización (aunque debo decir que no me gustó mucho que para las comunidades se tuviera como fin la rehabilitación y para las escuelas la formación profesional), pasando por el desarrollo comercial y la consolidación de un mercado de arte en Jalisco (cosa que también vi con desconfianza, pero eso es mi propia opinión), la promoción y preservación de cultura propular, y finalmente (esto sí diré que me agradó mucho), motivación a la publicación e investigación cultural. Parece, pues, que el programa considera cada aspecto.

En definitiva es agradable estar frente a un programa que conoce las limitaciones y el potencial del medio en que se mueve: si bien asegura que en todo Jalisco hay infraestructura necesaria para el desarrollo cultural, nunca niega que lo que ha faltado es el impulso; y, sobre todo, que una parte importante es la identidad cultural: no es un programa diseñado para puros creadores privilegiados en la ciudad ni mucho menos, sino el verdadero público es todo aquél que pueda valerse del arte para entretenimiento, profesión, reintegración. La clave es, creo, que si alguien puede identificarse con al menos una actividad, una parte del programa completo, ya todo se encuentra en movimiento. Y parte de ese dinamismo está en la vinculación de la capital con los demás municipios, de los municipios entre sí, de los creadores y profesionales con el gobierno y las instituciones, y a su vez, todos estos con el público; y también de gran importancia: que las actividades se vinculen entre sí.

La propuesta de turismo, preservación y sustentabilidad me parece muy acertada en la realización total del proyecto. Con los indicadores que proponen, la identificación del patrimonio (que incluye tanto todo aquello que en general se reconoce como valioso, como todo lo que pueda ser recuperado o reintegrado al patrimonio cultural) y la promoción, que con suerte asegurará su futura preservación, podría ser más sencilla en cuestión sistemática e incluso abrir puertas a posibilidades que no se habían considerado. El gran acierto de todo esto, en fin, es semejante a lo que el Encuentro CulturaGDL busca: inclusión.

Mi proyecto cultural

Pensando en mi propio proyecto, les refresco la memoria: se trata de reconectar los municipios jaliscienses con la ciudad capital y promover la cooperación artística en el estado.
Por supuesto que los pueblos son parte crucial, pero ya que sólo tuve oportunidad de visitar las instalaciones de dos edificios en Guadalajara (ojalá hubiera podido ir a alguno de los pueblos que mencioné), me dediqué a investigar un poco sobre qué tipo de infraestructura poseen y cómo se ha adaptado el espacio para actividades culturales.

Estas primeras fotos son del edificio de la Secretaría de Cultura de Guadalajara. Es un edificio grande y viejo pero bastante bello. Según me dicen, posee más de cuarenta salones en los que se han dado conferencias, presentaciones, exhibiciones y talleres muy diversos. Claro, pensé, que sería uno de mis lugares ideales para el proyecto, debido también a su localización estratégica en la ciudad: justo en el centro y a sólo unos cuantos pasos de la Preparatoria 1 de la Universidad de Guadalajara.
 
 (En la primera foto salgo yo al fondo. La segunda la tomé desde abajo, casi en la entrada.)
 (Aquí una vista parcial de la fachada. Tomada desde una pequeña plaza que también podría servir como escenario o como espacio para talleres de dibujo.)


Estas dos fotos fueron tomadas en el Exconvento del Carmen, también ubicado en el centro histórico de Guadalajara, como todos sabemos.
Me pareció indispensable en un proyecto cultural por su presencia en la escena desde (¿cuánto será?), pues desde siempre. Recientemente tuve la oportunidad de estar en unas conferencias en la capilla Elías Nandino, que es también un espacio idóneo para cualquiera de los talleres que propongo en mi proyecto.

Si bien son sólo dos opciones, la flexibilidad que esperaría de mi proyecto (al igual que los de mis compañeros) permitirá, incluso, la utilización de espacios públicos en cualquier parte de la ciudad o de las otras localidades donde se lleve a cabo el proyecto.

3 comentarios:

  1. Veo que pudiste visitar lo que ahora es la Secretaría de Cultura. Es un lugar grandioso, yo lo visité en mi cumpleaños pasado y tuve la fortuna de que me dieran un recorrido. La vista desde la azotea es preciosa y tienen anécdotas estupendas. Hay relatos interesantes sobre pasadizos secretos e inscripciones en la pared que aún existen, pisadas misteriosas grabadas en el suelo y ruidos en las escaleras.
    Ojalá pudiera ser la primera tu opción definitiva.

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  2. Geras, creo que la segunda opción, aka el Exconvento del Carmen queda mejor para la realización de tu proyecto, no sólo por el lugar en el que se sitúa, sino por la cantidad de gente que conoce su ubicación. Así sería más fácil que alguien diga "ah, sí, sí sé donde va a ser". No obstante, el recinto de la Secretaría de Cultura también estaría genial. c:

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  3. Ambos lugares cumplen con lo mínimo para llevar a cabo un proyecto como el tuyo. Ojalá llegue a buen puerto.

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